Justicia

Herida en el brazo, ella se revolvió bruscamente, enviando fotos a sus contactos. Buscaba justicia, es decir, que los demás se solidarizaran con su dolor. El brazo se curaría, pero el espíritu no. «No debió hacerlo», pensaba en su hombre. «dejó de quererme». Ya restablecida, iba olvidando. Una vida sola era demasiado para ella. Llamó al hombre y lo encontró cambiado, quizá arrepentido. Una voz, qué dirá.

Acerca de Salvador Cortés

Escritura digital sin ton ni son
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